En los últimos años, existe un concepto que escuchamos muy a menudo en el mundo empresarial y emprendedor, pero seguramente muchas personas aún no conocen exactamente qué quiere decir y cómo se aplica la metodología Design Thinking
Lo primero que debemos saber es que estamos hablando de una metodología ágil de innovación centrada en el usuario que busca mejorar los productos y servicios. Esta metodología también puede brindar soluciones y mitigar conflictos en la gestión de proyectos. A lo largo de este artículo contaremos más sobre este concepto que será un gran aliado para todos los directivos y emprendedores.
Hoy hablaremos de la metodología Design Thinking. Aquí puedes conocer los diferentes tipos de Metodologías Ágiles en tendencia.
¿Qué es el Design Thinking?
La metodología Design Thinking es un proceso de pensamiento complejo, que concibe nuevas realidades impulsadas por la comprensión de las necesidades y expectativas de los usuarios; es utilizada para encontrar soluciones creativas y prácticas a un problema definido. Está enfocada en la innovación y se centra en las personas, la misma utiliza herramientas de diseño para integrar las necesidades de los usuarios, las posibilidades de la tecnología, y los requerimientos para el éxito del negocio.
Dentro de sus objetivos principales se encuentra la búsqueda de soluciones financieramente viables, tecnológicamente posibles y deseables para todos los usuarios. Algo que nos parece muy interesante de esta metodología es que no sólo se utiliza para nuevos productos y servicios, sino también para ayudar a la resolución de diversos tipos de problemas en las gestiones de proyectos.
Las 5 etapas del Design Thinking
Para poder comprender mejor de qué trata la metodología Design Thinking a continuación te compartiremos una breve descripción de las 5 etapas que componen el Design Thinking:
Etapa 1: Empatizar
Empatizar: Aquí nos encontramos con la etapa principal, la que nos conecta con la esencia de esta metodología, la meta aquí subyace en la posibilidad de ponerse en la piel del usuario, de conectar con la forma en la que este utiliza un producto o servicio: ¿Como lo hace? ¿Cuándo lo hace? ¿En qué circunstancias? Así se podrá entender las principales necesidades del usuario.
Lo más importante de esta etapa es entrar en diálogo con las personas y no quedarse sólo con la observación externa, acercarse al usuario, poder conectar y descubrir que lo motiva o ilusiona del producto o servicio o que lo enoja del mismo.
Etapa 2: Definir
Luego de conocer las distintas necesidades, se definen cuáles son los principales problemas y también lo que se plantea para mejorar en el proceso. Para esto, se realiza una evaluación minuciosa de los problemas detectados. Al determinar las necesidades principales, será posible plantear medidas para llegar a una solución viable para dicho proceso.
Etapa 3: Idear
En esta instancia se pone en juego la creatividad, trayendo varias ideas para solucionar aquellos problemas específicos que se identificaron en la fase previa. En este proceso de pensamiento innovador está permitido equivocarse, ya que luego quedan algunas pocas ideas que son las que realmente se van a emplear. Para llevar a cabo esta etapa de la mejor forma, se pueden utilizar técnicas para estimular la creatividad y el pensamiento libre, como el brainstorming con equipos de personas de diferentes áreas de conocimiento.
Etapa 4: Prototipar
En esta etapa se pretende materializar las ideas seleccionadas. El prototipo puede ser digital, una web beta por ejemplo, o físico, como un dibujo o diseño o prototipo. Por lo general, estos prototipos se realizan con materiales de bajo costo, como el papel. Se busca obtener un MPV, es decir, un mínimo producto viable.
Etapa 5: Evaluar
En esta última fase, la quinta, los usuarios van a probar y evaluar los prototipos elaborados anteriormente. De acuerdo a las opiniones de los consumidores, el equipo de trabajo hará correcciones en los prototipos. Esta etapa es donde se validan los diseños creados, es de vital importancia en el ciclo para descubrir errores y aciertos.
¿Cómo se aplica el Design Thinking a la gestión de proyectos?
El Design Thinking es una metodología que soluciona problemáticas de manera innovadora y estratégica y hace contribuciones importantes a la gestión de proyectos.
Una de las características clave en Design Thinking es la capacidad de crear marcos y de replantear una situación problemática de modos nuevos e interesantes. Esta metodología de innovación creativa, contrasta con el enfoque analítico racional que es dominante en la gestión de proyectos que busca mediante la sinergia de conocimientos, herramientas y habilidades alcanzar con éxito los propósitos del proyecto. El Design Thinking clarifica el problema y define soluciones, y la Gestión de Proyecto, con su capacidad implementadora, lleva la solución a la práctica. Si quieres especializarte en la gestión de proyectos este es el curso que necesitas para conseguir la certificación PMP.
El fuerte enfoque centrado en los usuarios contribuye a que el proyecto tenga más empatía, es decir, deja de ser un proceso sistemático con fases rígidas, y se vuelve en una construcción más humana.
Ventajas de utilizar Design Thinking en la gestión de proyectos
Para finalizar este artículo, nos gustaría compartir las ventajas más destacadas de aplicar esta metodología en una empresa o equipo.
- Enfrenta y soluciona los retos y problemas que surgen en los proyectos desde la creatividad y el trabajo en equipo.
- Generar prototipos en tiempos cortos, que brindaran conclusiones valiosas para procesos de prototipado e ideación.
- Es una metodología que impulsa a los equipos, generando dinámicas creativas y con buenos volúmenes de trabajo.
- Permite obtener conclusiones de manera rápida y a bajo costo, lo cual se transforma en una ventaja financiera, ya que es un método ágil y barato. De esta manera se disminuye el riesgo de una inversión.
- Nos permite adaptarnos de manera ágil y eficaz a los cambios de paradigma del mercado.